En la semana gijonesa de la sidra

Hoy comienza en Xixón la fiesta de la sidra, un evento que forma parte del verano de la ciudad desde hace varios lustros. Nos referimos hoy a esta celebración desde nuestra web porque la sidra viene muy unida con el discurrir de la historia de nuestro Club, ya que esta bebida nos acompañó en la alegría de las victorias y en las decepciones de la derrota. Por esta razón y para animar a disfrutar de la fiesta con responsabilidad, hacemos un recorrido gráfico por esta relación entre la bebida más asturiana y el HOSTELCUR GIJÓN H.C.
Como tantas veces, en otros ámbitos, la sidra ejerció de verdadera embajadora de nuestra tierra y ejerció como mágica seña de identidad en las canchas del hockey sobre patines dando paso al estrechamiento de las relaciones que surgían dentro de los pabellones. Hubo un tiempo en el que no pasaba un equipo por Xixón que no recibiera con alegría un buen culín de sidra tras la finalización del partido y después de una saludable ducha.
Tal fue la vinculación del equipo con la sidra que hasta se corcharon unas cuantas cajas con una etiqueta conmemorativa de la conquista de la primera Copa de Europa por parte del Club, etiqueta que sería perseguida con avidez por parte de los coleccionistas y que hoy puede verse en alguna de las exposiciones que llevan a cabo los miembros de este colectivo en diversos centros culturales de la ciudad.
Y aunque a lo largo de todo este tiempo se bebieron distintos palos de varios llagares, sería Sidra Acebal la que más contribuyó al esparcimiento sidrero del hockey gijonés, llegando a regalar en diversas ocasiones alguna caja.
Hubo muchos nombres propios que ejercieron como echadores voluntarios y voluntariosos, pero sería imperdonable no citar en este artículo a Luis y Fernando, los gemelos, a Pablo, a Jose, a Ángel, a Jardón… una alineación irrepetible, eso sí, íntegramente masculina. A la vista de esto, metidos de lleno en el tiempo de la igualdad, se echa en falta la presencia de alguna escanciadora que rivalizara con estos ases chigreros. Este equipo se complementaría en la parte gastronómica, en no pocas ocasiones, con las empanadas de Darío o las aportaciones anónimas de una afición siempre dispuesta a la colaboración para hacer que el hockey sobre patines gijonés tuviera una seña de identidad nítida y reconocible por parte de amigos y rivales.