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Aniversario XV: El título que puso en la escena hockística española al C.P. Gijón Solimar

A lo largo de estos 25 años de existencia del Club Patín Gijón Solimar se consiguieron un buen número de títulos que se reseñan orgullosamente en el palmarés del equipo, oscureciendo lo realizado en otras competiciones que no fueron coronados por la gloria del triunfo final, pero en los que se consiguieron subcampeonatos o terceras posiciones.

Pero hubo un título que hoy, más de tres lustros después de conseguido, pasa desapercibido cuando no directamente olvidado y que fue el que puso a un equipo muy joven en primer plano de la escena hockística española. Se trata del campeonato de la Liga Astur-gallega conquistado en la temporada 2002/03.

Arriba de izquierda a derecha: Nery (delegada), María Fdz. Pulgui, Leticia, María Meana, María Álvarez, Fernando Sierra. Abajo: Ainhoa, Bárbara, Ana y Natasha

Ante la falta de una competición específicamente femenina en Asturias el Club se planteó la posibilidad de participar en la Liga Gallega que por aquel entonces estaba funcionando muy bien en la comunidad vecina. Así que allí se plantó Fernando Sierra en el año 2001, en la sede de la Federación para convencerlos de aceptar la presencia del Solimar (en aquel momento todavía no se había rebautizado con el nombre de ninguno de sus patrocinadores) en su competición y pasar a realizar una Liga con las dos comunidades norteñas.

Una vez aceptada la propuesta la Liga Astur-Gallega dio comienzo en la temporada 2001/02 y en ella el Club gijonés tuvo una actuación discreta, pero que le sirvió para ir acumulando experiencia.

La temporada siguiente el Solimar la afronta con una plantilla más rodada y comienza a ganar partidos hasta llegar al final de la primera vuelta en la que tiene que medirse, en Vigo, al Castrelos. Ambos equipos llegaban invictos a ese choque y de él saldría en campeón de invierno. El resultado fue favorable a las gallegas por un razonablemente claro 5-2. La crónica periodística señalaba:

El Solimar plantó cara al líder y los primeros minutos estuvieron muy igualados, llegando incluso a adelantarse en el marcador las gijonesas. El Castrelos dispuso una defensa individual presionante. Las gallegas reaccionaron y lograron retirarse al descanso con empate. En el segundo tiempo las gallegas pasaron a una defensa zonal que les sirvió para inclinar la balanza a su favor”.

Fotografía conjunta del Ureca de Vigo y el Solimar

Con todo la segunda vuelta se presentaba muy igualada. En ella el Solimar perdería un nuevo partido, frente al Ureca en tierras gallegas (3-1), pero el Castrelos. El Castrelos, por su parte empataría dos encuentros por lo que mantendría su ventaja de dos puntos (en aquellos años las victorias sumaban solo dos puntos) sobre el equipo gijonés. Y en la penúltima jornada saltó la sorpresa y el conjunto vigués caía derrotado frente al Ureca en su propia casa por el resultado de 0-2. Esa jornada el Solimar ganaba con comodidad (3-7) al INEF de La Coruña, con lo que ambos equipos llegaban empatados a la última jornada que se disputaría en Gijón.

La cita era el sábado, 12 de abril, a la una y media en la pista de L’Algodonera que presentaba un aspecto increíble, con la presencia del Director Gral. de Deportes, Daniel Gutiérrez Granda, compartiendo valla con la multitud de aficionados y aficionadas que se habían dado cita en la pista de La Calzada.

Fernando Sierra manifestaba el día del partido en el diario La Voz de Asturias que “posibilidades creo que tenemos aunque sé que va a ser un partido igualado. El año pasado nos ganaron con facilidad, porque no perdieron ningún partido, pero este será distinto”.

El Solimar saltó a la pista sin dejarse presionar por el magnífico ambiente que se respiraba en la “grada”, muy concentrado y sin dar opción al rival. La crónica de La Voz de Asturias, resumía así lo que ocurrió:

Las asturianas jugaron un partido muy completo y no dejaron respirar en ningún momento a las gallegas, que tan sólo pudieron marcar un tanto. Si las locales estuvieron bien en defensa en ataque estuvieron mejor, sobre todo gracias a la jugadora Natasha Lee, que fue la autora de los ocho goles del equipo gijonés, algunos de los cuales dejaron con la boca abierta a la nutrida afición que se acercó hasta el pabellón de La Algodonera. La jugadora de tan solo 14 años dio una clase magistral de lo que se puede hacer con un stick, con malavarismos incluidos, y se reivindicó como una gran promesa del hockey nacional”.

El equipo tras proclamarse campeón. Arriba de izquierda a derecha: Teresa, Fernando, Daniel G. Granda (Director Gral. de Deporte), Mª Álvarez, Mª Meana, Mª Guillem. Abajo: Mª Fdz. Pulgui, Ainhoa, Natasha, Leticia (con su hermana), Bárbara y Ana.

Las jugadoras que formaban parte de aquel equipo fueron Ana y Teresa en la portería, y Natasha, Mª Meana, Leticia, Mª Fernández Pulgui, Ainhoa, Bárbara, Mª Martínez y Mª Álvarez.

El equipo se clasificaba así para su primer Campeonato de España que ese año tendría lugar en Santander, campeonato en el que acabaría en cuarta posición con un sabor agridulce al no haber obtenido la medalla de bronce en un partido frente al Pereda santanderino, pero el Solimar empezaba a escribir alguna de sus mejores páginas.