Aniversario XXXVIII: Algodonera 81 y Telecable H.C. unidos por dos generaciones.

Si bien han transcurrido 25 años desde la creación de nuestro Club (cuyo aniversario venimos celebrando con esta serie de artículos semanales), sería unos años antes cuando se producía el germen del mismo, gracias a la intervención de Rufino Ballesteros, que aceptaba la “loca” propuesta de un grupo de chavales, encabezados por Fernando Sierra, de crear prácticamente de la nada un equipo de hockey sobre patines en Gijón. Era el nacimiento de la Algodonera 81 y varios de sus integrantes formarían parte posteriormente del actual club gijonés.
Algunos de aquellos jugadores han tenido descendientes que actualmente forman parte de la base de nuestro club, es el caso de Carlos Alvarez, Pablo Gayo y Daniel Sierra, cuyas hijas han decidido seguir los pasos deportivos de sus progenitores.

En el caso de Carlos, exjugador y actual directivo del club, disfruta del juego de sus dos hijas, Valle y Noa, que desarrollan con pasión su actividad hockística en las categorías infantil y alevín respectivamente, así como en las categorías femeninas del club.

Pablo Gayo, exjugador y miembro fundador del club, también ve con orgullo como su hija Candela se exprime en la pista de juego, con la misma intensidad como lo hacía su padre, en la categoría infantil y sub-16 femenina.

Daniel Sierra, también exjugador y fundador del club, tiene además el privilegio de realizar actualmente funciones de delegado del equipo prebenjamín, en el que juega su hija Daniela Sierra, por lo que puede seguir con orgullo sus evoluciones desde cerca.
Además de las segundas generaciones de jugadores procedentes del extinto Algodonera-81, ya contamos en la categoría de los más pequeños con la presencia de Mateo y Dilan, que a su vez siguen los pasos de sus progenitores, María Álvarez y Adrián Méndez respectivamente, los cuales formaron parte del primer equipo del Telecable H.C. Además, Dilan es nieto de Ana una de nuestras porteras que estuvo presente en los primeros logros conseguidos por un incipiente equipo femenino que comenzaba a asomarse a la élite del hockey sobre patines.
Curiosamente, Carlos, Pablo y Dani siguen desarrollando su pasión por el hockey en el equipo de veteranos del club, con el que juegan alguna “pachanga entre amigos” de vez en cuando, quizás a la espera de poder disfrutar de algún partido “padres-hijas”, en el que probablemente ellas demuestren que las “segundas generaciones” vienen con fuerza.